Agotadas las vacaciones estivales volvemos al tajo y lo primero que me sorprende es que debamos hacer un nuevo pedido de productos antiparasitarios, y es que este verano los piojos no han esperado al comienzo del curso escolar para hacer su aparición anual.
Algunos apuntan a la playa como lugar y foco de transmisión de estos parásitos entre los niños; yo no lo sé, pero sería interesante que los laboratorios fabricantes de artículos antiparasitarios hicieran un estudio del tema en profundidad, pues parece que algo está fallando en nuestra cultura de la higiene personal y colectiva.
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