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Estufa de cultivo eléctrica
Existen microorganismos que se desarrollan a distintas temperaturas. Es necesario poner una muestra del producto a analizar (habitualmente orinas, esputos etc.) en un medio de cultivo (normalmente caldo común, gelatina, agua de peptona o agar-agar) en una placa de Petri o un tubo de cultivo, introducirlo en la estufa y someterlo a la temperatura deseada -de 36 a 38 grados casi siempre- durante al menos 24 horas. La estufa cuenta con su propio termómetro para conocer la temperatura en su interior. Una vez transcurrido el tiempo estimado se saca la placa de cultivo y se comprueba si ha habido o no desarrollo de microorganismos. También se utiliza para realizar antibiogramas.
La Estufa que mostramos en la exposición está fabricada en 1965 y comercializada en Bilbao por Alonso Alegre y Cia.
