Mientras tomaba fotografías, para subirlas a la página web, de los envases de Neosalvarsán –antecesor lejano de los antibióticos- que nos regaló el profesor José María Jaime Loren, escuché la noticia “alarmante”, en boca del comisario europeo de salud, de que estamos regresando de forma gradual a la era pre antibiótica por la creciente y más que preocupante resistencia de los microbios a los antibióticos de última generación (es decir los que llevan menos tiempo en el mercado, son los más caros y se han diseñado para evitar estas resistencias)
Lo comentábamos en este mismo blog haciendo balance del consumo de penicilina y otros antibióticos desde su introducción en nuestro sistema sanitario allá por el año 1950. Ahora el Centro europeo de prevención y control de enfermedades ha difundido este informe a que hacemos referencia, y lo ha hecho coincidir con la celebración –el pasado 18 de noviembre- del Día Europeo del Uso Prudente de los Antibióticos. Un eufemismo más de nuestra contradictoria sociedad: para un padre será prudente dar antibiótico a su hijo si lo considera necesario, creo que es más correcto hablar de un uso científico de los antibióticos, para así dejarlo en manos de los médicos que son los expertos en el asunto.
El tema es complejo y cualquier solución pasa por una buena educación sanitaria a la población –y mejor desde la infancia- pues esta materia continúa siendo una asignatura pendiente en nuestra formación ciudadana.