Hace meses que nuestra sanidad se desliza por una pendiente inclinada, guiada por unos gestores para los que priman los resultados económicos frente a una sanidad de calidad: jeringas de insulina que se obstruyen, pruebas diagnósticas solicitadas por especialistas y anuladas por “comisarios económicos”, tratamientos médicos excluidos de la Seguridad Social, co-pago farmacéutico, subida del IVA hasta el 21% para ciertos productos sanitarios.
El trabajador, pensionista o activo, tiene derecho a una sanidad de calidad, no porque se lo conceda nuestra Constitución, sino porque mes a mes paga sus cuotas a la Seguridad Social que el propio Estado de impone; es decir se trata de una contratación pura y dura: yo te pago por un servicio y tú me lo prestas.
La atención sanitaria no es un regalo del Estado Protector Paternalista, es un derecho que tiene todo trabajador que paga sus cuotas, ¿o no?
Mucho me temo, que despues del «pelotazo urbanistico». Agunos, esten preparando el «pelotazo
sanitario».