De golpe y porrazo a base de Real Decreto-ley han metido un gol estremecedor a nuestra sociedad. Tantos años luchando por la igualdad social en todas sus facetas y de repente, públicamente, nos dividen en cinco categorías según nuestra renta.
A la hora de retirar mis medicamentos en la farmacia, todos los presentes serán testigos de mis ingresos, sólo falta que me pongan un brazalete en la manga indicando a qué clase económica pertenezco.
Estoy seguro de que se podían haber hecho mejor las cosas. Una lástima.
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